Modesto homenaje en el Día de su Cumpleaños a Jorge Newbery, Club de Fútbol aguilarense que amo por sobre todas las cosas del mundo. Llevo en mi sangre sus colores y en mi espiritu una pasión sin límites por él. Su existencia regocija mi alma y hoy sé que la felicidad existe. Que no es una quimera.
“Gustaba él expandirse al igual que los pájaros, que entre trinos, gorgeos y cabriolas, surcan el espacio proclamando su libertad. Los argentinos colores del cielo y aquellas nubes de siempre, acariciadas por los dorados rayos de Febo, fueron testigos de su gran pasión. Volar y volar. Sentirse muy cerca de Dios, ese Dios que en 1914 decidió llamarte a su lado a habitar su morada. Su Paraíso Prometido. Se llamaba aquel Ingeniero y Aviador argentino JORGE NEWBERY.
Tres años despues su nombre fue inmortalizado en la coqueta Ciudad de Aguilares, pequeño reducto sur del Jardín de la República. Once hombres identificaron por siempre esa irrefrenable pasión con el rojo color. De ahí en mas y hasta muestros días, la lealtad continúa inquebrantable, pues es hija de un gran amor. Tardes de gloria, también de dolor y desazón acompañaron a los amantes del balompié, a esa hinchada roja que domingo a domingo con cánticos nacidos del corazón, incentivan a sus gladiadores y hacedores de esperanzas.
También yo me he sumado hoy a tu Cumpleaños y quiero expresarte simplemente que te amo, con un gran amor limpio y sano. Verdadero y profundo y te juro Jorge Newbery que estaré a tu lado en las buenas y en las malas. Hasta el final. Hasta que la muerte nos separe y aun mas alla de ella.
¡Feliz Cumple, Aviador. Perdóname que se me escapó un lagrimón. Es que te quiero tanto, tanto, que una sola cosa ansío, que estemos de igual a igual!
¡Levanto mi copa y brindo por ti. Por tus jó venes 93 años. Salud y felicidad, amor de mis amores!”
Un fana y barra tuyo.
“Gustaba él expandirse al igual que los pájaros, que entre trinos, gorgeos y cabriolas, surcan el espacio proclamando su libertad. Los argentinos colores del cielo y aquellas nubes de siempre, acariciadas por los dorados rayos de Febo, fueron testigos de su gran pasión. Volar y volar. Sentirse muy cerca de Dios, ese Dios que en 1914 decidió llamarte a su lado a habitar su morada. Su Paraíso Prometido. Se llamaba aquel Ingeniero y Aviador argentino JORGE NEWBERY.
Tres años despues su nombre fue inmortalizado en la coqueta Ciudad de Aguilares, pequeño reducto sur del Jardín de la República. Once hombres identificaron por siempre esa irrefrenable pasión con el rojo color. De ahí en mas y hasta muestros días, la lealtad continúa inquebrantable, pues es hija de un gran amor. Tardes de gloria, también de dolor y desazón acompañaron a los amantes del balompié, a esa hinchada roja que domingo a domingo con cánticos nacidos del corazón, incentivan a sus gladiadores y hacedores de esperanzas.
También yo me he sumado hoy a tu Cumpleaños y quiero expresarte simplemente que te amo, con un gran amor limpio y sano. Verdadero y profundo y te juro Jorge Newbery que estaré a tu lado en las buenas y en las malas. Hasta el final. Hasta que la muerte nos separe y aun mas alla de ella.
¡Feliz Cumple, Aviador. Perdóname que se me escapó un lagrimón. Es que te quiero tanto, tanto, que una sola cosa ansío, que estemos de igual a igual!
¡Levanto mi copa y brindo por ti. Por tus jó venes 93 años. Salud y felicidad, amor de mis amores!”
Un fana y barra tuyo.
Horacio Santos Retamoso